de los rengos y los tuertos del bajo fondo del puerto ella anduvo enamorada su cuerpo es de los errantes vagabundos y emigrantes, de los que no tienen nada
se entregaba desde niña en garajes o cantinas, tras la pileta, en el monte reina de los prisioneros, las locas, los pordioseros, los gurises del asilo
a menudo a su cuidado hay viejitos deshauciados y viudas sin porvenir
es buena como son pocas por eso la ciudad toda repitiendo ha de seguir:
tírenle piedra a Geni, tírenle piedra a Geni hecha está para aguantar, hecha está para escupir, se entrega no importa a quién, maldita Geni
un dia surgió brillante entre las nubes fluctuante un enorme zepelín
se paró en los edificios abrió unos mil orificios con mil cañones así
la ciudad toda espantada se quedó paralizada, casi se volvió jalea
mas del zepelín gigante descendió el comandante diciendo - cambié de idea
cuando vi en esta ciudad tanto horror e iniquidad resolví hacerla explotar
mas puedo evitar el drama si es que aquella hermosa dama de noche se entrega a mí
esa dama era Geni, mas no puede ser Geni, hecha está para aguantar, hecha está para escupir, se entrega no importa a quién, maldita Geni
sin que se lo propusiera de tan ingenua y sincera cautivó al forastero
el guerrero tan vistoso, tan temido y poderoso quedó de ella prisionero
ocurre que la doncella - y eso era secreto de ella - tenía también sus caprichos
y a darse a hombre tan nobre, tan oliendo a brillo y cobre, prefería amar los bichos
al oir tal herejía la ciudad en romería su mano vino a besar
el prefecto de rodillas, el obispo a hurtadillas, el banquero y su millar
anda con él, ve Geni anda con él, ve Geni, la que nos puede salvar, la que nos va a redimir, se entrega no importa a quién, bendita Geni
fueron tantos los pedidos, tan sinceros, tan sentidos, que ella dominó su asco
esa noche lancinante entregóse a tal amante como quién se da al verdugu
tanta suciedad él hizo relamiéndose de vicio hasta quedarse saciado
y no bien amanecía partió en una nube fría con su zepelín prateado
con un suspiro aliviado ella se acostó de lado y trató de sonreír
mas luego al rayar el día la ciudad en gritería ya no la dejó dormir
- tírenle piedra a Geni, tírenle piedra a Geni, hecha está para aguantar, hecha está para escupir se entrega no importa a quién, maldita Geni
Compositor: Chico Buarque (versão: Daniel Viglietti)